Privacidade, para que?

Adicado a quen responda “non teño nada que agochar

Xa é demasiado tarde. A tecnoloxía avanza tan rápido que aprender a usala e sacarlle un eficiente proveito convertiuse nunha cobiza dificilísima de ser acadada. Se engadimos que sería idealmente necesario saber cómo funciona, aínda que fora mínimamente, significa que xa renunciamos a atinxilo.

Pero, é certo que non temos nada que agochar? Ou realmente hai unha “esmagante masa de utilizadores de tecnoloxía” que non se decata de nada?Los "grandes hermanos" roban nuesttra privacidad

Definindo, que é privacidade?

A partires daquí sigue o texto en castelán,

Cada persona puede ofrecer una definición de lo que para ella es privacidad o, al menos, limitar la esfera de lo que considera su privacidad. He aquí, por tanto, una primera incongruencia: ¿cómo es posible que haya algo que se considere privado con “no tengo nada que ocultar” si se usa un teléfono-inteligente o un PC?

Propongo que usemos las siguientes definiciones:

  • Público: lo que todos pueden saber
  • Privado: lo que algunos pueden saber
  • Secreto: lo que quiero que nadie pueda saber

Para ilustrar estos conceptos recomiendo la breve lectura (apenas unas líneas) del “Manifiesto Ciberpunk” de Eric Hughes del 9 de marzo de 1993, o sea, cuando apenas empezaban los primeros sitios web y los navegadores.

A quien responda “no tengo nada que ocultar“, le pregunto: ¿Realmente? ¿Ni siquiera considera que haya algo secreto o privado que reservar? O dicho de otro modo, ¿toda la información que envía y recibe es realmente pública? ¿Permite que toda la información que se pueda recoger de sus terminales (computadores, teléfono, tabletas…) se publique? Sale a la calle y ¿ofrece a cualquiera sus claves, cuentas bancarias, PINs y “assim pela frente“*?

assim pela frente” expresión en portugués que significa “y así por delante”, “y otros así”, “y otras cosas parecidas”…

Sistemas conectados y seguros

Gene Spafford, profesor de informática en la Universidad de Purdue, resalta que “El único sistema seguro es aquel que está apagado y desconectado, enterrado en un refugio de cemento, rodeado por gas venenoso y custodiado por guardianes bien pagados y muy bien armados. Y aún así, yo no apostaría mi vida por él.

Por si alguien lo viese exagerado, considere, por ejemplo, que su navegador puede vender el SO (Sistema Operativo) que usa, las extensiones activas que ha instalado, el auto-completado, el historial de navegación, el tiempo de navegación, su ubicación, conversaciones completas, salud, relaciones, la hora exacta de cuándo ha hecho cada selección, los movimientos de su ratón… y quizá también su DNI, número de tarjeta de crédito, sus contraseñas para sitios web y demás, si así lo configurase. Y apenas me refiero al navegador ¿qué no sabrá su computador con todas sus aplicaciones (progamas) y hardware (equipos físicos, circuitos, teclados…)?

A quien responda “no tengo nada que ocultar“, le pregunto otra vez: ¿no considera que haya algo secreto o privado que necesite guardar?

La importancia del Código Fuente

Para hacer una buena casa, hacen falta planos, materiales, permisos y trabajo físico para que algún día se haga realidad. No se concibe una casa sin los planos (código fuente) a pesar de que no entendamos con precisión dichos planos.

Para hacer un programa hace falta que alguna gente redacte el código de lo que se pretende que haga ese programa. Redactado el código, se suele “cocinar” (compilar) para que pueda ser usado. Sin embargo, para usar programas no se exigen sus planos (código fuente). ¡Ni siquiera los gobiernos exigen el código fuente! Es decir, se ve lo que hace y creen que lo que ven es todo lo que hace ese programa.

Y, obvio, nada más lejos. Cada programa sin su código fuente y una auditoría que compruebe fehacientemente que de uno se obtiene el otro podrá hacer mucho más de lo que muestra. Parece evidente, ¿verdad? Y dado que no exigimos tal código fuente, ¿por qué quienes desarrollen códigos no van a aprovechar este desconocimiento generalizado para “otros” fines?

Recomiendo ampliar sobre la importancia del código fuente consultando sobre Software Libre y Código Abierto. Permítame que anticipe algunos datos:
– el 100% de los 500 más grandes super-computadores del mundo usan Software Libre
– todos los protocolos de internet que usa para acceder a este artículo son Software Libre
– si usa Chrome o Firefox para leer este artículo, está usando Software Libre
– su teléfono usa tecnologías de Código Abierto y Software Libre
– …

La disponibilidad del Código Fuente es muy importante, pero per se no garantiza confidencialidad.

El aspecto sociológico, el gran muro

La Tecnologías de la Información han entrado en nuestras vidas, no sólo para quedarse, sino para expandir sus bondades (y algunas maldades) a cada actividad humana. Si a ello añadimos todo lo superficialmente mostrado arriba, surge otra obviedad: no ha venido el Gran Hermano de George Orwell, sino una pléyade de grandes hermanos detrás de porciones de códigos fuente secretos y de modelos de negocio basados en lo que entregamos.

Es muy difícil, sino estéril, advertir de estos grandes hermanos, posiblemente por la generalización que hay en el desconocimiento de las implicaciones de estas tecnologías, junto con el “no tengo nada que ocultar“, el me interesa el “fin sin importar medios“, la presión social de sus implantaciones masivas y otras justificaciones semejantes.

Es cierto que prácticamente somos anónimos, un grano de arena en el desierto, no importamos. Sin embargo, el día que decidan indagar informaciones sobre ese granito de arena, la tienen completa y con todo el historial.

Hay una regla para descubir la mayoría de los grandes hermanos: ¿conoce su nombre?, entonces casi seguro es un gran hermano. En este grupo están los gigantes Microsoft, Apple, Google, Facebook (Whatsapp, Instagram)…

¡Qué pena! Quizá podríamos haber controlado todo esto, pero ya es demasiado tarde.

Los acuerdos legales y los “letrados”

Algunos letrados confían en acuerdos legales de particulares con gigantes que ofrecen servicios o tecnologías, normalmente sin contraprestación económica, o sea, gratis. Señorías letradas, por favor, ¿de verdad creen ustedes que se puedan ofrecer servicios de chat como whatsapp que se ha comprado por unos 22.000 millones de dólares y que cuesta ser mantenido mensualmente por un ‘pastizal’ se ofrezcan gratis? Sepan que es trivial incumplir un acuerdo legal  (y nadie enterarse) sin nada a cambio porque, recuerden, no exigimos su código fuente ni auditamos sus servicios y servidores.

Siempre he pecado de ingenuidad, lo reconozco (y lo saben también mis cercanos), pero es más que evidente que Whatsapp vende nuestros datos. Ha sido comprada por Mark Zuckerberg-Facebook para complementar su evidente modelo de negocio: vender nuestros datos. Quizá esta pista pueda servir para abrir algunos ojos.

Así que, por lo que a mí se refiere, por favor, no me pidan datos personales (DNI, IBAN, mi último IRPF o el día de mi primer beso) ni me mande nada mío por el estilo por estos canales. Si, por el contrario, ustedes me quieren mandar los suyos, por supuesto, ¡hagánlo! y entenderé que “no tienen nada que ocultar“.

¿Aún no ha abierto sus ojos? Confío que el siguiente par de fuentes de información sí le ayude:

Geolocalización para rastrear la COVID-19

Para quien aún no lo sepa: es obvio que es necesario que sepan nuestra ubicación si deseamos enviar o recibir llamadas telefónicas con nuestros móviles. Si además damos autorización a múltiples aplicaciones (apps, programas, binarios… llámese como se quiera) para saber nuestra dirección de internet o IP, ya estamos geolocalizados también por este método. Obviamente también podemos ofrecer el acceso a nuestro GPS y, para algunos fines, Bluetooth.

También suele ser necesario proporcionar acceso a nuestro almacenamiento de datos, tanto interno como externo. Será muy práctico, cómodo y un lujo, pero tener aplicaciones bancarias y otras personales como las de salud, empleo y semejantes en ese mismo almacén añade un elevadísimo riesgo.

Aún así, atrevidos somos, mandamos por wasp DNIs, escrituras públicas, IBAN y lo que sea porque es “muy práctico, cómodo y un lujo“. Supongo que ahora se ve por qué Mark Zuckerberg pagó tanto por algo que ofrece servicios gratis. Perdón, me olvidaba, con acuerdos de confidencialidad que cumple estrictamente, ¿verdad? ¡Ingenuos somos!

Y, oh sorpresa, resulta que ahora el “no tengo nada que ocultar” cambia completamente cuando se necesita rastrear nuestra ubicación para gestionar la pandemia de la COVID-19 o SARS-CoV-2. O sea, entregamos nuestros datos a empresas para que gratuitamente lo exploten y para el bien común se lo negamos.

Le sugiero que amplíe información en

Descargo de responsabilidad (disclaimer)

Lamento que pueda ser interpretado como provocador en algunos párrafos. Creo, sin embargo, que aún debería haberlo sido mucho más, pero me he contenido, créanme.

Tampoco he comentado nada sobre bulos (fake news o noticias falsas) o los (potencialmente) nocivos re-envíos anónimos por wasp que no incluyen enlaces ni al emisor original. Creo que sería necesario además de justo. Pero son tantas y tantas las materias a corregir que simplemente me he rendido.

Espero que me disculpen, pero…

…ya es demasiado tarde.

Lecturas y enlaces recomendados

  • Glenn Greenwald – “Snowden, sin un lugar para esconderse” – Editorial Ediciones B
  • Edward Snowden – “Vigilancia Permanente” (Permanent Record) – Editorial Planeta
  • Snowden: “Si no actuamos ahora para reclamar nuestros datos, nuestros hijos quizás no puedan hacerloen La Vanguardia
  • Oliver Stone – Snowden (película)
  • Seth Stephens-Davidowitz – Todo el mundo miente – Lo que Internet y el big data pueden decirnos sobre nosotros mismos
  • Marta Peirano – El enemigo conoce el sistema – Roca Editorial
  • Marta Peirano – vídeo TEDx¿Por qué me vigilan, si no soy nadie?” (9 min)
  • Marta Peirano – El enemigo conoce el sistema, artículo en Diario.es
  • The Great Hack, documental en Netflix, en donde se detalla todo lo sucedido con la empresa Cambridge Analytica y sus éxitos en las elecciones de Trump, el Brexit y otros casos. También sobre el poder de Facebook (con Whatsapp e Instagram) para influir en votaciones, por ejemplo.
  • “Cómo Cambridge Analytica analizó la personalidad de millones de usuarios de Facebook”, vídeo de BBC News en YouTube sobre Cambridge Analytica.
  • Shoshana Zuboff, profesora en Harvard, explicando el “Capitalismo de Vigilancia” por parte de grandes corporaciones (Google, Facebook…) en este vídeo.

Gracias por la colaboración de Rafa R. Gaioso, Jesús Arribi, Mª Victoria López y Daniel Espiñeira ofreciendo enlaces y lecturas.

Share

Deixa un comentario

Este sitio emprega Akismet para reducir o spam. Aprende como se procesan os datos dos teus comentarios.

Uso de cookies y aviso legal

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies