La lista de noviembre de 2015 de los mayores 500 mayores supercomputadores del mundo no deja lugar a dudas: GNU/Linux domina con su apabullante presencia en el 99% de los allí listados (98,8% en sistemas operativos, 99,6% en términos de rendimiento). La media docena de equipos que completan la lista son Unix, nada de Microsoft ni Apple.
La historia de este ascenso es fascinante. El proyecto GNU promovido por Richard Stallman surge en 1983 para ofrecer un sistema operativo realizado enteramente con Software Libre. Disponía de varias herramientas pero carecía del núcleo (kernel), lo esencial. Lo encontró en 1992 con la primera publicación de Linux, iniciado un año antes por un humilde estudiante de Ingeniería Informática en la Universidad de Helsinki.

A partir de este momento, docenas, luego centenas y millares de colaboraciones llegadas de todo el mundo impulsaron el proyecto. Sus fortalezas permitieron un crecimiento sólido y veloz, siempre compartiendo beneficios. Nacía así un nuevo modelo de desarrollo de tipo colaborativo gracias a internet y a la liberación de conocimiento.
En 1994 aparece el primer supercomputador GNU/Linux cuando dos investigadores de la NASA desarrollaban el sistema Beowulf juntando 16 PCs DX4 en un único sistema en cluster. El uso de equipos sencillos (PCs) y tecnologías libres abrió las puertas a la supercomputación asequible. Así, en 1998 el supercomputador de Los Alamos National Laboratory se alza como el primer supercomputador GNU/Linux que entra en la lista top500.org.